viernes, 12 de julio de 2024

 Me sorprendió la luna por febrero


Me sorprendió la luna por febrero,

no la vi porque la estaba besando,

aunque intuí, cuando estaba gozando,

su blanca luz mientras dije, ¡Te quiero!


Y ahora estoy, con el frío de enero,

después de medio siglo, suspirando,

sin que pueda saber, donde ni cuando,

sucederá, lo que hace años que espero.


Ya no me fundiré con sus abrazos,

ni susurrarle al oido cuanto la amo,

ni esbozar su cara, con simples trazos.


Y si alguna vez en sueños, la llamo,

para poder tenerla, en mis brazos,

ya nunca consigo, lo que reclamo.

 La armonía de un bello canto espero



La armonía de un bello canto espero,

un lírico recital, de una diosa,

y el celestial aroma de una rosa,

rememorar al ritmo de un bolero.


A un corazón armado con acero,

ablandaría esa balada hermosa,

que una canción, con aura milagrosa,

aplacaría el alma de un guerrero.


Cántame una vez mas, que yo te aguardo,

y con igual pasión que la primera,

hazla llegar a mi, sin mas retardo,


igual que hiciste aquella primavera,

una noche clara, oliendo a nardo,

cuando conseguiste, que te quisiera.


jueves, 11 de julio de 2024

 Hoy planto semillas de hierbabuena



Hoy planto semillas de hierbabuena.

ya nunca duermo, tan solo deliro.

Tejo telarañas, en mi retiro,

y cuando pienso en ti, nada me frena.


Aquellas mentiras de luna llena,

tu boca finjiendo, mientras te miro.

En esta soledad, ya no te admiro,

y mi esperanza murió; es mi condena.


Si no puedo tener lo que perdimos,

no quisiera recordar, de que modo.

En sueños, imagino lo que fuimos,


que si fue desmedido aquel periodo,

mas grande fue, el amor que destruimos,

y mayor la pena al perderlo todo.

 Un instinto profundo le impedía


                                                                                 


Un instinto profundo le impedía,

alejarse mas allá de la orilla,

y una luz entre roja y amarilla,

por el cielo muy alto se expandía.


Ya la tierra bajo sus pies se hundía,

trasgándose el huerto, y la semilla,

huyendo de ese infierno como ardilla,

cuando el llanto su cuerpo sacudía.


Pasado el telúrico movimiento,

tiritó en la noche con aire frío,

y faltole añadir al sufrimiento,


tener por manta el inundado río,

pero no por eso perdió el aliento,

y subiose a un árbol con nuevo brío.

miércoles, 3 de agosto de 2022

Fue la ambición, por ella me venciste


Fue la ambición, por ella me vendiste,

pero culpo también, a mi ceguera,

cuando yo te entregué, mi vida entera,

en menos de un año, tu la rompiste.


Nunca entendí, aquello que dijiste,

aunque tal vez, fuese por mi sordera,

que si te di completa mi cartera,

nunca sabré, por qué al final te fuiste.


Vienes a pedirme, dos mil perdones,

porque echas de menos, a un buen amigo,

pero quieres volver sin condiciones.


Cuando me dominas yo me maldigo,

porque te sigo amando sin razones,

y aunque no debiera, iré contigo.




En una incierta orilla del Pisuerga


En una incierta orilla del Pisuerga,

una rosa blanca, dejé plantada.

Porque no quise, que fuera dañada,

lo que esperaba crecer, se posterga.


Por un gastado amor, que nada alberga,

una relación, recién germinada,

por respeto, yo la dejé aplazada,

en primavera, espero que yerga.


Por cortesía, no la quise encender,

que siendo una flor tan bella y sensible,

comprendí que fuera mejor suspender,


porque el nuevo amor, no será factible,

si aún no he terminado de comprender,

que aquel antiguo amor, es ya imposible.


Cuando estabas prendida de mi brazo



Cuando estabas, prendida de mi brazo,

apoyada en mi hombro, la mejilla,

ese olor a canela y manzanilla,

me embriagó de repente con tu abrazo,


 y un cálido fluido, como pinchazo,

tan raudo como prende una cerilla,

me hizo sentir, en la coronilla,

 un agudo y tremendo picotazo.


Me volví, y al mirarte fui consciente,

del amor tan grande que por ti siento ,

cuando una fugaz llama incandescente,


tan veloz como ráfaga de viento,

prendió en mi corazón concupiscente,

y alcanzó en tu boca, el firmamento.

Besar tu boca mas que un aliciente


Besar tu boca mas que un aliciente,

es la pasión y ofrenda sustantiva,

la dulce miel de un alma que incentiva,

a un corazón que peca de impaciente.


Si rozar tus labios, fue suficiente,

cuando sienta, la calidez furtiva,

de tu boca, mi ansia primitiva,

se tornará, adicta y persistente.


Quiero vivir pegado a ese orificio,

para gozar por siempre con este acto,

yo quiero abandonarme en este vicio,


y si prescindiera de ese contacto,

quiero volver de nuevo, a su inicio,

y así rememorar aquel impacto.

Amar es adictivo como el opio


Amar es adictivo como el opio.

En los primeros meses, insaciable,

durante mucho tiempo, formidable,

mientras sigue tan verde como el apio.


Nunca permanece, como al principio,

aunque intentes que sea perdurable,

resulta con el tiempo insoportable,

tal si fuera serpiente de Esculapio.


Es egoísta, en esto se sostiene,

cuando está vivo resulta impetuoso,

es descarado y nada lo detiene.


Si es engreído se siente poderoso,

y al creerse que ya nada le conviene,

cada día, se vuelve mas odioso.

domingo, 17 de julio de 2022

Juicio controvertido


Dentro de mi mente, tengo una lucha,

una conflagración, una contienda,

espero por mi bien que no se extienda,

también le pido a Dios, por si me escucha,


que si hay pendencia, que no sea mucha,

y si hay necesidad, coja la rienda,

que al menos procure, que no trascienda,

o que todo se acabe en una ducha.


Alguna que otra vez me ha sucedido,

tener un altercado, igual que este,

estar en mi interior, tan dividido,


y no existe cosa que mas moleste,

que tener un juicio controvertido,

y seas tu mismo, quien te conteste.

Hoy partiré por mucho que me duela



Hoy partiré por mucho que me duela,

que si fuiste, toda la vida mía,

anoche no te hallé, mientras sufría,

perdida la razón y mi alma en vela.


No se si seguiré alguna estela,

que eras mi luz, yo siempre presumía,

pero anteayer, pasó lo que temía,

que ya se terminó, nuestra novela.


No puedo aplacar, el dolor que tengo,

se que está fraguando, mi muerte en vida,

podría recurrir, aunque me abstengo,


a darme abiertamente a la bebida,

si ello sucediera, ya te prevengo,

es porque será, mi única salida.

Ese pájaro que trina


 Ese pájaro que trina,

mientras labora su nido,

emite alegre el sonido,

de un canto de golondrina.


Cuando esa ave peregrina,

ya tiene su hogar construido,

bajo un alero escondido,

lanza su voz cantarina.


Vuela alto como el vencejo,

con su cola ahorquillada,

y metálico reflejo,


azul, en negro tallada,

con ese grácil manejo,

de su silueta alargada.


domingo, 10 de julio de 2022

Ayer llené mi alma de esperanza


 Ayer llené mi alma de esperanza,

no quería caer en la derrota,

por el amor que sin cesar se agota,

negaré que aquello, fue tu venganza.


Como rescate, te daría fianza,

para no ver de nuevo, mi alma rota,

aunque al ver tu mirar, hoy se nota,

que con darte todo el cielo, no alcanza.


Ambos fuimos siervos de la rutina,

y repitiendo errores del pasado,

caímos en el hastío, que fue ruina,


por la apatía de un amor gastado,

con esa indolencia que determina,

la conclusión del amor agostado.

Amantes peregrinos



 Esta larga senda que transitamos,

se hace llana, siendo el amor destino,

recorrerla con afán peregrino,

si de lo mundano nos despojamos.


Somos caminantes, si caminamos,

y disfrutamos del gozo andarino,

con cada paso, hacemos camino,

si en cada jornada nos abrazamos.


Llegan a la meta los caminantes, 

amando, cualquier camino es ligero,

hacer camino, como dos amantes,


sin ser, de lo accesorio prisionero,

caminar como los romeros de antes,

enlazando en cada paso un ¡Te quiero!


jueves, 16 de junio de 2022

Quizás oí la letra de un bolero,



 Quizás oí la letra de un bolero,

o tal vez vi, que estaba anocheciendo,

y aquel beso que estábamos urdiendo,

también recuerdo, que era por febrero.


Viniste a mi como algo que no espero,

un día gris que estaba atardeciendo,

no se si vi, un corazón ardiendo, 

si era ilusión, o fue pasión primero.


Fueron besos, de dos adolescentes,

en el parque cuajado de jardines,

de noche bajo sendos fluorescentes,


entre dulces aromas de jazmines,

y besos de dos bocas inocentes,

se percibieron ecos de violines.

A Rocinante



 No se ha visto en la vida de un caballo,

que cerca de cumplirla toda entera,

trotara con un loco y su quimera,

en andanzas, por el llano o el serrallo.


Ni lo hubo que tuviera tanto hueso,

que su sombra de perfil, daba risa,

ni trotaba, ni podía ir deprisa,

por fortuna, llevaba poco peso,


Quijote, le llamaba Rocinante,

por la manchega estepa cabalgando,

al trotar, pareciese que iba andando.

A su grupa, el caballero andante.


Ver a su amo, presumiendo de rocín,

mas que falso era mero disparate,

si entraba de repente en un combate,

el jamelgo intuía que era su fin.


Le retaba a cualquiera con un duelo,

y en lucha contra molinos de viento,

nuestro corcel, quedose sin aliento,

y terminó rodando por el suelo.


Con el Caballero de los Espejos,

primero vencedor, después vencido,

no quedose Quijote convencido,

que todo lo visto fueran reflejos.


Olvida los delirios de Quijote,

que te llevan por senda equivocada,

busca tu Dulcinea por Granada,

y deja que tu alma se alborote.

miércoles, 1 de junio de 2022

A nuestros poetas y poetisas


Forjadores de sueños e ilusiones,

con tinta, plasmaron hermosas letras,

inspirados por musas, los poetas,

nos han mostrado su alma y sus pasiones.


En estrofas de vida que rimando,

funden las palabras, dando estructura

a versos que esculpen, como escultura,

y así sus poemas van germinando.


De amores eternos, que nunca mueren,

de amores de cuento, que se colmaron,

de amores fugaces, que se quemaron,

de amores fingidos, de los que hieren.


En consideración a sus amigos,

a los que un día gris, cual despedida,

engendraron poemas de su vida,

como llanto en verso, siendo testigos.


Romances o epopeyas de leyenda,

en glosarios de hidalgos caballeros,

fueron de sus hazañas, mensajeros

que auparon a la gloria con su ofrenda.


Al pirata fiero o al negro corsario,

dedicaban odas, como Espronceda,

al reo de muerte, o a quien proceda,

al lucero del alba o su adversario.


Recopilando historias y avatares,

recitaron romances de conquistas,

y declamando obras de otros artistas,

recorrieron el mundo, los juglares.


En octavas, tercetos, redondillas,

pareados, aleluyas, cuartetos, 

décimas o espinela y en quintetos,

serventesios, liras y seguidillas.


En coplas reales y pie quebrado,

en sextinas, en silvas y en sonetos,

en versos libres, mayores o escuetos,

épico, fronterizo o novelado.


Conformaron mundos, mas deseables,

espolean con fuerza corazones,

apoyaron sus causas y razones,

endulzando vidas con recitables.


El verbo fue su arma y fundamento,

inagotable fuente en sus creaciones.

Las claves abstractas de sus canciones,

amores, alegrías y lamento.


Romance anónimo, alguna jarcha,

cantigas de Alfonso décimo el Sabio,

villancicos, cantos de labio en labio,

en el pueblo calaron, como escarcha.


Componer versos como ellos, quisiera,

y henchir corazones que repararon.

Con sus poemas, los cielos temblaron,

cantando al mundo, su necia ceguera.


Porque su obra caló toda frontera,

y sació las almas, de los sedientos,

llevando en su estela, los sedimentos,

con que estercolaron su sementera.


Y aquí doy comienzo, a su homenaje,

a los héroes, que compusieron versos,

brillantes astros, de mil universos,

a la beldad brava de su lenguaje.


Gonzalo de Berceo, cantó a santos,

poeta del mester de clerecía,

con monorrimos, en cuaderna vía,

relató sus historias con sus cantos.


Juan Ruiz, el que fuese Arcipreste de Hita,

y tal vez por un arzobispo preso,

cumplida la pena, a su regreso,

el libro del gran amor publicita. 


Pedro López de Ayala el elocuente,

en Aljubarrota, en cárcel lusa,

espera ser libre cuando la musa,

despertó al poeta como torrente.


Juan Boscán, asume el renacimiento,

y planta el germen del verso italiano

en España, tradujo ''El Cortesano'',

poeta embajador del cinquecento . 


Garcilaso, orgullo toledano,

"perfecto poeta" del siglo de oro,

que esgrimiera la espada, con decoro,

de poetas, "príncipe castellano".


"El paradigma del poeta-soldado", 

ora toma la espada, al "relente,"

otrora la pluma, y de repente,

nos regala, un soneto dorado.


Fray Luis de León, un agustino,

con verso de armonía equilibrada,

nos regala en su Vida Retirada,

el aliento celestial y divino.


Teresa de Ávila, carmelitana,

su gran amor por Dios, era su fuero,

sin vivir vivo, por no morir muero,

su grande amor, a la muerte temprana.


San Juan de la Cruz ilustre patrono,

de poetas en lengua castellana,

su llama de amor viva, todo allana,

y con su noche oscura, me emociono.


Jorge Manrique, en coplas quebradas,

la efímera vida al río compara,

y en verso nos dice, lo que depara,

el paso de aquella en sus jornadas.


Luis de Argote y Góngora, veterano, 

el defensor de la vida arcadiana,

se alejó de la dicción cotidiana,

para escribir en verso culterano.


Cervantes el genio del universo,

luchando contra el turco, en Lepanto, 

ni mano, ni ingenio sufrió quebranto,

el más crítico, sobre su obra en verso.


Quevedo valeroso aventurero,

hendía su espada en rimas ladinas,

y profería imprudente, felinas

lindezas, con aguijones de acero.


Lope de Vega, escritor fecundo,

"Monstruo de la naturaleza" puro,

dijo Miguel Cervantes muy seguro,

al "Fénix de los ingenios" del mundo.


"¿Que tengo yo que mi amistad procuras?".

dijo Don Lope, fervoroso inquieto,

"En mi vida me he visto en tal aprieto",

por fe y amor, en muchas aventuras.


¿Por qué, si toda la vida es un sueño? 

mi dramaturgo y poeta Calderón,

por el honor, el crédito y la opinión,

reflejaste en tu obra, tanto empeño?.


Pedro Espinosa, genio antequerano,

con un verso claro, puro y sencillo,

como Celeris bello y tanto brillo,

cual espejo fino, hecho en Murano.


Tomas de Iriarte, culto tinerfeño, 

que alcanzaste, con tu sudor la hazaña,

de implantar la fábula, en España,

con un verso melódico y risueño.


Félix de Samaniego, amigo antes,

del anterior, su antagonista luego,

inoportuna cizaña, el ego,

por no ser humilde, como Cervantes.


Liberal y romántico Espronceda,

de joven, miembro de los numantinos,

seguidor de poetas salmantinos,

en toda rebelión moral se hospeda.


Ante la tumba de Larra, Zorrilla,

debut con poema premonitorio,

gallardo calavera, Juan Tenorio,

temible pendenciero de Sevilla.


En duelos, amoríos y aventuras,

la virtud atropelló a su albedrío,

buscando redención del desvarío,

lloró a Inés, tras profanar sepulturas.


¿No volverán aquellas golondrinas,

que Gustavo Adolfo añoraba en verso?, 

vuelve poeta, torna al universo,

y tornarán las aves peregrinas.


Por Rosalía, hablan plantas, fuentes

de Compostela, poetisa pionera,

los pájaros cantan, si vas ligera,

y cuando sueñas cruzando los puentes.


Rueda, por lo natural cautivado,

mostró la sencillez como belleza,

y esgrimió con su verso la grandeza, 

del pueblo tantas veces profanado.


Juan Ramón, espiga blanca de Moguer,

dorada al sol en prados de Platero,

mimoso y tierno, nobel caballero,

ese don Juan amante de la mujer.


Valle Inclán genio en todo lo que escribe,

estilo modernista tertuliano,

pierde en pelea algo mas que la mano,

como Gómez de la Serna describe.


"Huerto claro donde madura el limonero",

recita Machado en su paso por Sevilla,

y sus veinte años en tierras de Castilla,

cerca de Soria donde "tuerce el Duero."


Por firmes convicciones exiliado,

su enorme corazón finó en Francia,

su verso impregnado de elegancia,

por todo el mundo ha sido recitado.


Galán en extremeño y castellano,

tras casarse con una vaquerilla,

sus obras en Guijo de Granadilla,

mostraron la vida del pueblo llano.


La muerte de Lorca lloró Machado,

en Granada, en casa de Rosales,

prisionero, por mor de sus cantares,

¿Quién no llora al poeta asesinado?.


El de Santa María, en un viaje,

cruzó el mar, el poeta marinero, 

el que no fue, de Cádiz, salinero,

amante del mar, la luz y el lenguaje


Miguel, el de Orihuela hoy te convoco, 

cuando florezca tu almendro de nata,

mientras llega el llanto al río de plata,

para que escribas en verso, te invoco.


Homenaje aunque largo, incompleto,

si no están otros que lo han merecido,

y para que nadie se sienta excluído, 

mencionaré, aunque de modo escueto:


A Leandro Fernández de Moratín,

A don Salvador González Anaya,

Ramón de Campoamor y Antonio Gala,

A León Felipe y José Bergamín,


Vicente Aleixandre y Damaso Alonso

Jorge Guillén y Menéndez Pelayo,

Fernán Caballero o al que no subrayo,

en los versos que siguen los compenso.


A los ausentes que no he mencionado,

les suplico perdón, humildemente,

ya que el poeta que no esté presente,

no será por no habérselo ganado,


porque todo aquel que haya conseguido,

rimar con mucha pasión, mas de un  verso, 

y logre que algo, en este universo,

por su composición se haya movido,


son integrados en este homenaje,

porque rima rimando, han trovado,

y enlazando palabras, han llorado,

mientras emprendían ese gran viaje.


miércoles, 25 de mayo de 2022

No quiero seguir en esta hora

 


No quiero seguir en esta hora

solo ansío caminar hacia el ocaso,

que mi único final es el fracaso,

y mi felicidad, la del que llora.


Y no puedo pensar, porque me aflora,

la pérfida pena, que a cada paso,

me anula  la razón, cuando repaso,

este desengaño, que sufro ahora.


Asísteme a morir, que es el momento,

en la trayectoria de cien puñales,

emplaza mi cuerpo, de amor hambriento,


bajo guillotina o diez mil cristales,

no me importa el arma, ni el instrumento,

solo te pido, que sean letales.


Fuego de amor templado en la locura

 


Fuego de amor, templado en la locura,

amor de noches y de albores lleno,

a veces tortuoso, otras sereno,

en su afán por la eternidad, perdura.


Toda ocasión para querer, apura,

remanso de paz y otras veces trueno,

alerta, para no perder terreno,

se reinventa y mantiene su frescura.


Torna el frío invierno, en primavera,

el fuego se aviva, perpetuamente,

una pasión, que por amar se esmera.


Amor por siempre vivo y nunca ausente,

un amor, que no es juego ni es quimera,

un amor que quiere ser permanente.

Hilando versos mido su longitud

 


Hilando versos, mido su longitud,

y para comprobar si van rimando,

uno tras otro, los voy repasando,

cuidando su fondo, con pulcritud.


Concluso el soneto, no tengo quietud,

una vez y otra, lo voy retocando,

y tras corregirlo, sigo limando,

buscando el remate y su plenitud.


Tu veredicto me saca del pozo,

una lágrima, el primer indicio,

que me confirma, el postrer sollozo.


Y esa sensible expresión de tu juicio,

de dicha plena y alegre alborozo,

fija el soneto, sin dejar resquicio.

 

La mujer y las flores



La hortensia le otorga perseverancia,

la acedera sublima su paciencia,

el abedul calibra su prudencia

y la rosa le cede su fragancia.


El jacinto instituye su constancia,

la azucena, su bendita inocencia,

la flor de lis, inspira su conciencia,

y la acacia, la viste de elegancia.


De una orquídea nace su belleza,

una azalea forja su templanza,

y la begonia afirma su certeza.


El iris blanco, crea su esperanza,

la flor de loto aumenta su pureza

y la ambrosía permite su alianza.


Los principiantes


 

Una tarde en primavera,

sendos cuerpos principiantes,

llenos de amor, los amantes,

cruzan al fin la barrera.


Era una tarde cualquiera,

cuando los dos, vacilantes,

locos de amor, palpitantes, 

la aprovecharon entera.


Sobre el sofá con ternura,

dieron su amor, cautelosos,

sin protección ni armadura.


Tras aquel acto, gozosos,

aprueban la asignatura,

y se abrazaron dichosos.

El primer beso



Cerca del río con brisa ligera,

era una noche en que la luna brilla,

fue mi primer beso, no en la mejilla,

un beso corto aunque de larga espera.


Bésame con pausa, como si fuera,

el principal beso, el que apostilla

nuestro amor, de una manera sencilla,

y no se trata de un beso cualquiera,


porque ese beso aún siendo liviano,

es un beso vital para el recuerdo,

que tener siempre, ese beso a mano,


me vale por si en la vida me pierdo,

y si lo tengo a mi lado, cercano,

renacerá el amor, en mi recuerdo.