jueves, 11 de julio de 2024

 Un instinto profundo le impedía


                                                                                 


Un instinto profundo le impedía,

alejarse mas allá de la orilla,

y una luz entre roja y amarilla,

en lo alto del cielo se expandía.


Ya la tierra, bajo sus pies se hundía,

tragándose el huerto, y la semilla,

huyendo de ese infierno como ardilla,

cuando el llanto su cuerpo sacudía.


Pasado el telúrico movimiento,

tiritó en la noche de un aire frío,

y faltole añadir al sufrimiento,


tener por manta el inundado río,

pero no por eso perdió el aliento,

y subiose a un árbol con nuevo brío.

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