Busca la libertad
Un atardecer seco y caluroso,
en el sillón de mimbre se reclina,
tras el tedioso trabajo en la cocina,
bien merecido tiene este reposo.
Descansa en silencio, ya que su esposo,
disfruta con la siesta vespertina,
no por necesidad, es por rutina,
tras una mañana de estar ocioso.
Deja de suspirar que tu condena,
no ha de durar más si tú no quieres;
cercena el eslabón de esa cadena,
busca la libertad de otras mujeres,
deja atrás tu llanto, deja tu pena,
y que quien tu fuiste lo recuperes.
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