Tarde lluviosa, de aguas otoñales
Tarde lluviosa, de aguas otoñales,
plomiza y cerrada, ventosa y fría,
que convoca, con su monotonía,
una olimpiada de juegos sensuales.
Eróticos placeres corporales,
que bañados en néctar y ambrosía,
culminarán en gozo y alegría,
rememorando antiguas bacanales.
Mujer hermosa, para amar creada,
contempla mi corazón sin cadena,
y como su inquieta sangre excitada,
sube a tu corazón por cada vena,
pidiendo permiso, ante su entrada,
para transfundirse roja y serena.
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